Historias para ‘vivir y sentir’ la Comuna 6

Creado: 7 diciembre 2020

Una serie de relatos que resaltan la riqueza cultural y que contribuyen a fortalecer los lazos de convivencia de los habitantes de la Comuna 6 de Cartagena.

Dos historias que muestran el trabajo y sentido de pertenencia de los habitantes de este sector de la capital de Bolívar.

Un grupo de jóvenes de la Comuna 6 de Cartagena, los cuales hacen parte de un proyecto* encaminado a trabajar por el reconocimiento y sentido de pertenencia por el territorio, se dieron a la tarea de recopilar una serie de historias que reflejan el diario vivir, las costumbres de sus habitantes y la multiculturalidad de esta parte de la ciudad.

A continuación, dos de esos relatos que invitan a ´vivir y sentir´ la Comuna 6:

 

Etilvia

A sus 91 años Etilvia Tara dice con orgullo que fue la primera en habitar el sector Playas Blancas del barrio Olaya Herrera, cuando aquí no había más que agua. Eso fue hace cincuenta y cinco años. Ahora es una de las señoras más respetadas en el sector. Antes vivía en el barrio Torices. En ese tiempo los terrenos no costaban mucho y las calles sin demarcar estaban llenas de agua y monte. Dicen que el nombre de Playas Blancas se lo puso un señor llamado Calixto porque el agua inundaba todo y luego dejaba una playa. “Todo era algo silencioso pero sabrosito”, dice Etilvia. Ahora Olaya vibra por su música.

“Las calles de este barrio siempre han sido fiesteras y alegres. En esos tiempos el agua se debía comprar. En el barrio tampoco había luz, cosa que era muy común en los sectores de la comuna 6. Nadie nos detuvo, empezamos a habitar un lugar donde no había ningún tipo de servicios. Unos años después llegó el preciado líquido. Ya habían construido algunas casas y todos queríamos tener agua propia y no estar cargando esos galones. Playas Blancas era monte. La linda ciénaga que nos acompaña desde hace muchos años fue rellenándose, hasta crear canchas para que los niños jugaran”.

 

Wilfrido

Wilfrido González Pájaro llegó al barrio Caimán, sector La Puntilla, a los 16 años de edad. Dice que eso era un inmenso playón, en el que no había agua ni luz. En ese entonces, el único que le ofrecía el agua para su aseo personal era el señor Posada, cuyo negocio era vender agua por galones.

En sus recuerdos tiene presente que su casa tenía un aspecto de bodega porque era bastante alta, amplia y quedaba a orillas de la Ciénega de la Virgen. También recuerda a un grupo de monjas que ayudaban a las personas adultas y niños.

“Olaya siempre ha sido un barrio alegre. Recuerdo mucho que en el barrio había actividades culturales todo el tiempo: teatro, danza y artesanías. Todo eso le dio vida a la biblioteca Caimán, que para los años 80 recibió el nombre de Estefanía Caicedo, una reconocida folclorista cartagenera”. Wilfrido es bibliotecario allí.

Para Wilfrido, La Puntilla es uno de los sectores más importantes de la Comuna 6. Recuerda que el sector La Puntilla recibe ese nombre porque en toda la entrada, cerca de la carretera, había una tienda llamada ‘La Tumbacuchara’, en la que vendían todo tipo de enseres y productos de primera necesidad. Ahí se encontraba de todo, desde una puntilla hasta carne. Como ese, los nombres de los sectores de la comuna 6, obedecen a situaciones colectivas que se quedaron en la memoria de los habitantes del barrio.

 

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* El proyecto Conexión Olaya es impulsado por Fundación Grupo Social en el marco del Plan Para el Buen Vivir, y co financiado por Acdi Voca y USAID.

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